Un estudio científico reciente ha revelado que la diabetes, una enfermedad crónica que afecta a 422 millones de personas en todo el mundo, puede clasificarse en cinco categorías distintas en lugar de las dos comúnmente reconocidas. Este descubrimiento podría permitir tratamientos más personalizados para los pacientes.
La diabetes se ha clasificado tradicionalmente en tipo 1 y tipo 2. La diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune que se presenta generalmente en la infancia, mientras que la tipo 2 está asociada a un estilo de vida poco saludable y a la obesidad, y suele aparecer en la edad adulta.
Sin embargo, este estudio, que analizó a unos 15.000 pacientes finlandeses y suecos, ha identificado cinco subgrupos genéticamente distintos de diabetes. Estos subgrupos presentan diferencias significativas entre sí, incluyendo la edad de aparición y los riesgos y complicaciones asociados.
El primer grupo es la diabetes severa autoinmune, similar a la diabetes tipo 1. El segundo grupo es la diabetes severa por deficiencia de insulina, que se presenta en personas jóvenes y saludables pero que tienen dificultades para producir insulina debido a un defecto en sus células beta.
El tercer grupo es la diabetes severa por resistencia a la insulina, que se presenta en personas con sobrepeso que producen insulina pero cuyo cuerpo no responde a la hormona. El cuarto grupo es la diabetes moderada relacionada con la obesidad, que se identifica principalmente en pacientes con mucho sobrepeso.
Finalmente, el quinto grupo es la diabetes moderada relacionada con la edad, que se desarrolla en pacientes significativamente mayores que los de los otros grupos.
Este nuevo sistema de clasificación podría explicar por qué algunos pacientes responden a los tratamientos de manera muy diferente a otros. Además, podría ayudar a identificar a las personas que corren un mayor riesgo de desarrollar complicaciones.
Según Leif Groop, uno de los académicos que participaron en el estudio, “Esto es extremadamente importante, estamos dando un paso real hacia la medicina de precisión”.
La doctora Victoria Salem, investigadora clínica de la universidad Imperial College de Londres, señala que la clasificación actual de la diabetes en tipo 1 y tipo 2 no es un sistema de clasificación muy preciso. Aunque este estudio no cambiará inmediatamente cómo se trata la diabetes, Salem cree que “Esto definitivamente va a ser el futuro de cómo consideramos la diabetes como enfermedad”.
Sin embargo, Salem también señala que el estudio examinó solo población escandinava y el riesgo de diabetes varía considerablemente entre distintas partes del mundo. Por ejemplo, en Reino Unido las poblaciones originarias del sur asiático tienen una mayor probabilidad de desarrollar diabetes que la población blanca. “Puede ser que en el mundo haya 500 subgrupos, dependiendo de los genes y del efecto de los ambientes locales”, apunta.
Emily Burns, de la organización Diabetes UK, cree que entender mejor la enfermedad podría ayudar a “personalizar los tratamientos y potencialmente reducir el riesgo de complicaciones relacionadas con la diabetes en el futuro”. Sin embargo, Burns también señala que “todavía necesitamos saber más sobre estos subgrupos para poder entender qué impacto tiene esto para las personas que tienen la enfermedad”.
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