La tecnología ha revolucionado el manejo de la diabetes, pero también ha traído consigo desafíos relacionados con la piel. Las personas con diabetes que utilizan dispositivos como medidores continuos de glucosa y bombas de insulina pueden enfrentar complicaciones cutáneas si no se manejan adecuadamente.
Uno de los principales problemas es la dermatitis de contacto, causada por materiales adhesivos de los dispositivos. Estos adhesivos pueden provocar irritación, enrojecimiento e incluso ampollas en la piel si se usan continuamente en el mismo lugar. Es crucial alternar los sitios de inserción y utilizar parches protectores o geles barrera para minimizar el contacto directo con la piel.
«Recomendamos a nuestros pacientes rotar los sitios de aplicación cada pocos días y mantener la piel limpia y seca», explica la Dra. María López, dermatóloga especializada en diabetes. «Esto ayuda a prevenir la irritación y reduce el riesgo de infecciones cutáneas», añade.
Además de la dermatitis de contacto, las lesiones por presión son otra preocupación importante. Los dispositivos que se usan constantemente en la misma área pueden ejercer presión sobre la piel, especialmente durante la noche. Esto puede llevar a la formación de úlceras por presión si no se toman medidas preventivas, como cambiar la posición del dispositivo con regularidad y utilizar almohadillas de silicona para reducir la presión sobre puntos específicos de la piel.
La higiene adecuada y el cuidado de la piel son fundamentales. «Recomendamos limpiar suavemente el área alrededor del dispositivo con agua y jabón neutro, evitando productos que contengan alcohol o perfumes», aconseja López. «Después, asegúrese de secar completamente la piel antes de aplicar un nuevo dispositivo», enfatiza.
Para aquellos que experimentan lesiones cutáneas más severas, como infecciones o úlceras, es crucial buscar atención médica inmediata. «Las infecciones pueden complicarse rápidamente en personas con diabetes debido a la reducción de la circulación y la función inmune comprometida», advierte López. «El tratamiento temprano es fundamental para prevenir complicaciones graves», subraya.
Mientras que la tecnología ofrece beneficios significativos para el manejo de la diabetes, también plantea desafíos para la salud de la piel. Con medidas preventivas simples, como rotar los sitios de inserción, mantener la higiene adecuada y utilizar protectores de piel, se puede reducir el riesgo de complicaciones cutáneas. Sin embargo, es crucial la vigilancia constante y la consulta con profesionales de la salud para garantizar un cuidado integral y efectivo de la piel en personas con diabetes que utilizan tecnología avanzada.