En respuesta a la creciente preocupación por los efectos adversos de los ácidos grasos trans derivados de aceites parcialmente hidrogenados, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) han establecido un protocolo global para medir y controlar estos componentes en los alimentos.
Los ácidos grasos trans son conocidos por aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares al elevar los niveles de colesterol LDL (colesterol «malo») y reducir el colesterol HDL (colesterol «bueno»). Estos ácidos grasos se generan principalmente durante el proceso de hidrogenación parcial de aceites vegetales, utilizado en la producción de grasas sólidas para mejorar la textura y la vida útil de los alimentos procesados.
El protocolo desarrollado por la OMS y la OPS establece directrices claras para la medición precisa del perfil de ácidos grasos en los alimentos, con un énfasis especial en la cuantificación de los ácidos grasos trans. Este enfoque busca proporcionar a los países herramientas estandarizadas para monitorear y regular la presencia de estos ácidos grasos en sus cadenas alimentarias, con el objetivo de proteger la salud pública y reducir la carga de enfermedades relacionadas con la dieta.
«Es fundamental disponer de métodos robustos y armonizados para evaluar la cantidad de ácidos grasos trans en los alimentos», afirma el Dr. Alejandro Gómez, especialista en salud pública de la OPS. «Esto nos permitirá tomar medidas eficaces para limitar su consumo y promover alternativas más saludables en la producción de alimentos», añade.
El protocolo establece procedimientos claros para la extracción, separación e identificación de ácidos grasos en muestras representativas de alimentos. Utiliza técnicas analíticas avanzadas, como la cromatografía de gases, que permiten una cuantificación precisa de los ácidos grasos trans junto con otros componentes lipídicos.
«La implementación de este protocolo a nivel mundial facilitará la comparación de datos entre países y regiones, mejorando nuestra capacidad para evaluar el impacto de las políticas de reducción de ácidos grasos trans», explica el Dr. Martín Hernández, experto en nutrición de la OMS. «Esto es crucial para desarrollar estrategias efectivas que promuevan dietas más saludables y reduzcan las enfermedades cardiovasculares relacionadas con la dieta», enfatiza.
Además de la medición precisa, el protocolo incluye recomendaciones para la acción política, instando a los países a adoptar políticas que limiten o eliminen el uso de aceites parcialmente hidrogenados en la producción de alimentos. Esto incluye la promoción de alternativas más saludables, como aceites vegetales no hidrogenados y la reformulación de productos para reducir el contenido de grasas trans.
El protocolo mundial para medir el perfil de ácidos grasos en los alimentos representa un paso significativo hacia la protección de la salud pública global. Al estandarizar métodos de medición y promover políticas reguladoras efectivas, la OMS y la OPS están trabajando para mitigar los riesgos asociados con los ácidos grasos trans derivados de aceites parcialmente hidrogenados y fomentar dietas más saludables en todo el mundo.