Cardiomiopatía Diabética y Reprogramación Metabólica

La diabetes es un factor de riesgo significativo para el desarrollo de numerosas patologías, destacando entre ellas las enfermedades cardiovasculares. Las enfermedades como la enfermedad coronaria, el ictus o la enfermedad arterial periférica son directamente responsables del 65% de las muertes atribuibles a la diabetes.

Una de las principales manifestaciones de la enfermedad cardiovascular es la insuficiencia cardíaca, es decir, la incapacidad del corazón para bombear sangre de manera eficiente. Diversos estudios internacionales sitúan su prevalencia global entre los individuos diabéticos entorno al 22%, mientras que en España el reciente estudio DIABET-IC estima que hasta un 37% de los individuos con diabetes de tipo 2, la forma más común de diabetes, presenta insuficiencia cardíaca.

Las causas de la insuficiencia cardíaca en pacientes diabéticos son diversas. Factores como la aterosclerosis o la hipertensión son con frecuencia los desencadenantes de la disfunción cardíaca en este grupo de pacientes1. Sin embargo, no todos los pacientes diabéticos obedecen a este patrón patogénico. Ya en 1972, Rubler describió la presencia de insuficiencia cardíaca e hipertrofia ventricular en pacientes diabéticos en ausencia de enfermedad coronaria. Dicha condición es hoy conocida como cardiomiopatía diabética (CMD) y se define como aquella disfunción ventricular que se desarrolla en pacientes diabéticos de manera independiente a la presencia de los típicos factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión o la enfermedad coronaria.

Actualmente, la CMD es considerada como una entidad clínica propia, aunque las causas que la originan son poco conocidas. La manifestación clínica más frecuente y patente de la CMD consiste en una disminución de la función sistólica, la capacidad del corazón para contraerse, que suele ir acompañada de una hipertrofia del ventrículo izquierdo. Sin embargo, en fases tempranas de la enfermedad, la CMD suele caracterizarse también por una disfunción diastólica, es decir, una alteración en la relajación del músculo cardíaco.

La disfunción diastólica que suele caracterizar la etapa inicial de la enfermedad resulta difícil de detectar mediante las técnicas ecocardiográficas convencionales, lo que, desafortunadamente, resulta en un infradiagnóstico de la CMD. El uso de nuevas y sofisticadas técnicas de imagen con mayor sensibilidad permiten una mejor evaluación de la función diastólica, lo que facilita un diagnóstico más preciso y precoz de la CMD.

En conclusión, la cardiomiopatía diabética es una condición que requiere una mayor atención y comprensión. A medida que avanzamos en nuestra comprensión de esta enfermedad, es esencial que los profesionales de la salud estén equipados con el conocimiento y las herramientas necesarias para identificar y tratar esta condición de manera efectiva. Con un enfoque proactivo y un manejo adecuado, podemos mejorar la calidad de vida de los pacientes diabéticos y reducir el impacto de la cardiomiopatía diabética en nuestra sociedad.


Fuente: https://www.revistadiabetes.org/investigacion/cardiomiopatia-diabetica-y-reprogramacion-metabolica/]

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